
Magnesio: el mineral que tu cuerpo está esperando
¿Te cuesta dormir, sientes rigidez muscular o estás más irritable de lo normal? Tal vez no sea estrés. Tal vez simplemente te falta magnesio.
Este mineral participa en más de 300 funciones en nuestro cuerpo.
Es esencial para el sistema nervioso, los músculos, el equilibrio hormonal y el descanso profundo. Y, sin embargo, muchísimas personas —incluso comiendo sano— tienen un déficit funcional sin saberlo.
En este artículo te explico por qué sucede, cómo reconocerlo y cuál es el mejor magnesio para ti.
¿Qué hace el magnesio en tu cuerpo?
- Relaja los músculos y reduce tensiones.
- Apoya el sistema nervioso y mejora el sueño.
- Regula el ritmo cardíaco y la presión arterial.
- Participa en la producción de energía celular (ATP).
- Interviene en la síntesis de proteínas y en la salud ósea.
- Contribuye a mantener el equilibrio emocional.
¿Cómo saber si te falta magnesio?
- Cansancio sin motivo aparente.
- Dificultad para dormir o sueño poco reparador.
- Ansiedad, irritabilidad o cambios de ánimo.
- Calambres, tics nerviosos o espasmos musculares.
- Estreñimiento.
- Dolor de cabeza o migrañas.
- Deseo intenso de chocolate o azúcar.
¿Y la analítica? ¿No sirve para saberlo?
Aunque muchas personas se apoyan en las analíticas para comprobar si les falta magnesio, el valor en sangre no siempre refleja la realidad.
Solo alrededor del 1% del magnesio total del cuerpo circula en el torrente sanguíneo; el resto se encuentra en los músculos, huesos y tejidos. Por eso, es muy común que una analítica salga “normal” incluso cuando hay una carencia funcional. En estos casos, prestar atención a cómo te sientes —a tu energía, tu descanso, tu tensión corporal— escuchar tu cuerpo es la mejor analítica.
Tipos de magnesio: ¿cuál es mejor para ti?
Bisglicinato de magnesio
- Alta biodisponibilidad y muy suave con el estómago.
- Favorece la relajación física y mental.
- Mejora la calidad del sueño y la capacidad de recuperación.
- Recomendado si hay insomnio, ansiedad, tensión nerviosa o rigidez corporal.
Citrato de magnesio
- Alta absorción intestinal.
- Efecto laxante suave y natural.
- No irrita el intestino ni genera dependencia.
- No es sedante, puede tomarse por la mañana o por la noche.
Malato de magnesio
- Aumenta la energía celular.
- Recomendado en casos de fatiga crónica o dolor muscular.
- Perfecto si te sientes agotado o con niebla mental.
Treonato de magnesio
- Atraviesa la barrera hematoencefálica.
- Mejora concentración, claridad y memoria.
- Útil si necesitas rendimiento cognitivo o estás en época de mucho trabajo mental.
Taurinato de magnesio
- Apoya la salud cardiovascular
- Mejora la tolerancia al estrés emocional
- Puede ayudar a estabilizar el ritmo cardíaco
- Útil en casos de hipersensibilidad nerviosa o fatiga mental
¿Cuándo y cómo tomarlo?
El mejor momento para tomar magnesio depende del efecto que necesites: si buscas energía y claridad mental, puedes tomarlo por la mañana; si lo necesitas para relajarte, soltar la tensión del día o dormir mejor, es preferible tomarlo por la noche.
La dosis habitual suele estar entre 200 y 400 mg al día, según tus necesidades y tu sensibilidad.
Evita combinarlo justo con suplementos de calcio o hierro, ya que pueden interferir en su absorción. Y si quieres potenciar su efecto calmante, puedes acompañarlo con infusiones como melisa, pasiflora o tulsi.
Una base que tu cuerpo agradece:
El magnesio es uno de los minerales más implicados en el equilibrio físico y mental, y también uno de los más deficitarios en la población general.
Aunque se encuentra en muchos alimentos, el ritmo de vida, el estrés y ciertos hábitos hacen que sus niveles funcionales bajen con facilidad.
Conocer sus efectos, identificar las señales de carencia y elegir la forma más adecuada para ti puede marcar una gran diferencia en tu energía, tu descanso y tu bienestar a largo plazo.
Si tienes dudas o estás tomando medicación, es recomendable contar con el acompañamiento de un profesional que te oriente en función de tus necesidades reales.
A veces, recuperar el equilibrio no requiere hacer más, sino volver a lo esencial. Y el magnesio puede ser uno de esos gestos simples que tu cuerpo reconoce y agradece.